Nada cambia hasta que alguien se conmueva

Si tuviera que caminar
sobre las orillas de una playa
que en cada ola me regala
un gallinazo muerto,
no caminaría.
Si tuviera que observar
el ocaso a pesar de ese paisaje
yo daría la espalda
porque ustedes saben,
es fácil dar la espalda
Si tuviera que decirles
que a pesar de eso
no es fácil conmoverse
y tirarse en la orilla
a recibir las caricias de las olas
y uno que otro gallinazo muerto
sobre el pecho.
Si fuéramos como aquel animal muerto
dispuesto a acariciar,
la playa, las olas
seriamos otros
pero no lo somos
los juntamos en bolsas de plástico
para quemarlos
mientras otros gallinazos
siguen varando sobre las playas.

Nada cambia hasta que alguien se conmueva.

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