Al límite con Emily y Sade

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Hay un límite entre todas las cosas
que nunca me explico;
pero si este es el límite
donde todos los cuerpos van al abismo
donde el abismo es el cuerpo de una puta amarrada
en posición de arremetida
si esto es el límite entre follarla sin contemplaciones
o acariciarla y desatarla
y decirle que haga lo que quiera con su libertad limitada,
pero ella te amarra
y cuando esperas lo peor, te da un beso en la mejilla.

Tú amarrado no puedes hacer nada
sino moverte como lo hacía ella
cuando como lagarto, te movías sobre su cuerpo
como si todo su cuerpo fuese un montón de barro
donde ni loco pensabas en procrear
pero si sólo su cuerpo fuera ese barro
con el que Dios nos puso al límite de la muerte
Sí la mano de Dios sólo fueran esas patas de lagarto
muy cariñosas

yo no estaría al límite de este arranque de celos,
porque tú lees a mi putita con tu mente de reptil
mientras sientes que alguien te amarra
y te azota la cabeza
y tú estas en ese límite de estar o no estar amarrado
hasta que te haces la pregunta y te la explicas a tu manera
sino
¿Cómo explicarnos la cicatriz de uña de lagarto
en vez del ombligo?
¿Cómo explicarnos la puta amarrada,
esperando señales de ternura?
sino fuera po estar al límite del marqués de sade
hablando de Dickinson.



Pero Emily

¡ Ya basta ¡

La cabeza la tengo ensangrentada de tantos poemas tuyos
y la gente sólo piensa que soy masoquista.

Sí Emily,
a veces la poesía también es un beso en la entrada de la calvicie
más arriba de la frente donde tu destapabas la cabeza de tus lectores
y te encontrabas a ti misma.

Sí Emily,
eres tú la que está a punto de ser mi putita tierna
porque estoy al límite de la muerte con mi masoquismo y todo
aunque tú ya sabes el desenlace